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jueves, 24 de septiembre de 2015

quien te quiere y te escucha


Entre países,
que surcan montañas,
era ella una de las mujeres
más bonitas, de esta, nuesta manada.
Eran sus curvas lo que te atrapaban,
pero no las de su cintura ni las de su cara.
Eran las de su risa las que te encandilaban,
esa risa floja que arrastra su habla.
Y si la miras durante una semana, 
te darás cuenta de que su corazón habla.
Y cuando pasen los meses,
te perderás en sus mapas,
porque ella
no atiende a razones,
solo a sus palabras.
Esas que en su mente viajan 
y que se te hacen raras,
porque no hay costumbre
a locuras tantas.